miércoles, 11 de noviembre de 2015

LAS TELAS QUE NOS REPRESENTAN.

Siempre dicen que nada mejor para ir cómodas que sentirnos bien con lo que llevamos. Cuando se acerca un acto importante, nuestra principal preocupación es el qué ponernos.
El año 2015 ha sido muy importante para mi porqué he tenido uno de estos actos que nos ponen los pelos de punta, la comunión de mi hija. Todo el que ha pasado por ello sabe lo que significa...y el que va a pasar, no sabe lo que le espera (no os asustéis, vale la pena).
Después de vestir a la protagonista del día, venía la duda: ¿qué me pongo yo?, mujer joven, valenciana y con las ideas bastante claras de lo que me gusta y lo que no.
Tras mucho pensar y basándome en mi amor a las fallas decidí elegir una tela que representa a mi tierra y, con ello, me representara a mi.
 
 
Ya la tenía en mis manos...pero ahora debía decidir que hacer con ella y sobre todo, como complementarla para que quedara perfecto (sí, las mujeres somos así).
Tras mirar muuuuuchas fotos por internet y mezclando un poco de aquí y otro de allí, fui a una modista que a la primera entendió lo que quería. El resultado, a mi gusto, fue de diez.
 

 
Como os he dicho, los complementos para que todo formara un conjunto con sentido, debían de ser pensados. Como chal, encontré una mantilla mía de cuando tenía 6 años que me vino fenomenal. El peinado, debía ser un recogido, pero algo a lo que pudiera acoplar una pequeña peineta que nos identifica tanto a las valencianas. Y como bolso y zapatos, un juego en dorado que no desentonara mucho con la tela.
Como veis, los pendientes son de fallera, uno de los aderezos que gasto con mis vestidos. Creo que otra cosa no le hubiera ido mejor.
Mucha gente me preguntó por mi peinado, os dejo el enlace del sitio al que fui: 


 
Mi consejo es que no tengáis miedo de ir diferentes, si tenéis claro lo que os gusta, no lo dudéis. Hay que perder tiempo, buscando telas, modelos de ropa, modistas, peluqueros, complementos, etc... si, pero nosotras lo valemos. La seguridad que nos da el sentir que vamos bien por fuera, nos hace que en un día muy importante nos dediquemos a eso, a preocuparnos por lo realmente importante, que en este caso, fue mi hija.



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